jueves, 5 de enero de 2012

Ya vienen los Reyes Magos...

Hoy es 5 de enero, un día muy especial en el calendario de los niños y las niñas: el día de la ilusión,Mañana, las calles se llenarán con los juegos y juguetes que Sus  Majestades han repartido entre todos.Hoy es es un día lleno de emociones, nervios, cabalgatas y caramelos. Mis hijos son ya veinteañeros y en casa ya no se vive ese ambiente mágico que yo echo tanto de menos. De eso va esta entrada, de la necesidad de "la magia" para los niños y niñas.
Muchas veces los adultos olvidamos las necesidades de las criaturas en este sentido. En los primeros años de escuela, entre los 4 y los diez años, niños y niñas necesitan de la magia para hacer frente a la realidad que les desborda y les inquieta. Necesitan de ese recurso para hacer frente a la inseguridad que les provoca el hacerse conscientes de las limitaciones de sus padres, del entorno. Que existan esos personajes poderosos, justos, generosos y llenos de bondad que una vez al año vendrán cargados de regalos pase lo que pase, es necesario para el equilibrio emocional de la infancia. "Los Reyes van a venir aunque haya crisis" le oí decir hace unos días a una niña de unos seis años que acompañaba a su madre por la calle.
Los adultos nos movemos, a veces, en un dilema. Alimentar la fantasía de los niños y niñas requiere cierto esfuerzo: eludir algunas respuestas con imaginación, promover la sorpresa comprando a escondidas, alimentar la emoción con esperas convenientes, leer entre las lineas de las innumerables peticiones las que les ilusionan de verdad,... Muchos adultos no están dispuestos a invertir el tiempo necesario. Es mas fácil llevar a las criaturas al centro comercial para que ellos mismos cojan de las estanterías los juguetes que salen en la tele, a ser posible en cuanto quiten los cacharros de halloween para que no se acaben los trastos de moda, ceder a peticiones exageradas para acallar su mala conciencia por no dedicarles el tiempo necesario  o competir con otrosen "calidad y cantidad" de regalos.
A veces, en aras de una absurda modernidad, se arrebata a los pequeños la magia en pro de un conocimiento racional que les es impropio.  El pensamiento mágico debe irse diluyendo poco a poco a medida que se impone el sentido de lo real (8-10 años sin olvidar que los ritmos siempre son individuales) si se fuerza a desaparecer antes de tiempo puede resurgir después, durante la adolescencia, como medio de compensar esa carencia anterior. Así podemos encontrarnos con quinceañeros,y muchos que no lo son ya, que incapaces de asumir la toma de decisiones y sus responsabilidades, se refugian en la astrología, los ritos esotéricos y otras supersticiones.
En resumen, cada cosa a su tiempo. Ni hacer crecer a los niños antes de lo necesario ni mantener el mito a fuerza de mentiras cuando ya no tiene ningún sentido.
...Y ahora, a dormir...¡Que vienen los Reyes Magos!








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