Soy una fiel defensora, en todos los ámbitos, de lo que se ha venido a llamar "el espíritu olímpico". No soy una ilusa, soy consciente del negocio, del espectáculo y hasta de los intereses políticos que hay detrás de una olimpiada pero, cada cuatro años, me "inflama" la esperanza. Esa esperanza que nace al ver una humanidad que se esfuerza por conseguir metas cada vez más elevadas, que coopera y colabora para hacer posible algo grande y hermoso. Una humanidad que honra la diversidad, sin que fronteras, religión raza o género sean una barrera para participar.
Hay que ser muy insensible para no contagiarse de la alegría de esos jóvenes que no han escatimado sacrificios ni ilusión para llegar hasta allí, del orgullo de sus familias y paisanos,...Gracias a ellos todos estamos allí haciendo nuestros sus triunfos y apoyándolos en sus decepciones.
Kelvin de las Nieves. (Boxeo) |
Carolina Marín (Badminton) |
En las fotos los dos onubenses que participarán en Londres
Soy maestra, desde la educación física me dedico a colaborar con los niños y niñas en la formación de su personalidad y su carácter ( aunque algunos piensen que eso es una pérdida de tiempo en la educación de mano de obra sumisa y barata).Es por eso por lo que en mi trabajo tengo muy presente los valores olímpicos. Ellos me ayudan a animarles a creer en si mismos y trabajar por hacerlo mejor cada día " por la gloria del deporte y el honor de nuestro equipo", o lo que es lo mismo, por el bien de la comunidad y la satisfacción personal que deriva de ese esfuerzo.
Hoy, cuando la realidad nuestra de cada día nos invita al desánimo, la luz de esta antorcha y los altos ideales que la alimentan, nos deben impulsar a ser creativos y solidarios en el esfuerzo, a no desfallecer y a conservar la esperanza en que lo mejor está por venir.
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